Naomi Kizhner, una estudiante graduada de Israel, puede haber resuelto ese problema. Naomi está diseñando joyas que teóricamente podrÃan aprovechar la energÃa de tu cuerpo para generar energÃa eléctrica.
Algunos de sus dispositivos son un poco raros; están incrustados en las venas de los usuarios, y en teorÃa, utilizarÃan los movimientos y el flujo sanguÃneo de la persona para hacer girar una pequeña rueda en el interior del dispositivo, generando electricidad.
Uno de los dispositivos de Naomi (CortesÃa de Naomi Kizhner)
La mayorÃa de las personas probablemente se sientan bastante incómodos con la idea de incorporar joyerÃa de producción de energÃa en el cuerpo. Pero eso es exactamente lo que Kizhner esperaba:
“QuerÃa provocar el pensamiento acerca de hasta qué punto vamos a ir a con el fin de “alimentar†nuestra adicción en un mundo de disminución de los recursos†dijo en una entrevista con Cosmopolitan.
La joyerÃa “especulativa†es parte de un proyecto que Kizhner está llamando “Adictos A La EnergÃaâ€. El proyecto incluye tres piezas: el intermitente, el conductor E-pulso y El Puente de Sangre.
Los tres dispositivos (CortesÃa de Naomi Kizhner)
“Hay un montón de novedades en cuanto a los recursos energéticos renovables, pero el cuerpo humano es un recurso natural para la energÃa que se renueva constantemente, mientras que estemos vivosâ€.
“QuerÃa explorar el enfoque post-humanista que ve al cuerpo humano como un recurso… ¿EstarÃamos dispuestos a sacrificar nuestros cuerpos con el fin de producir más energÃa? mi intención es provocar esa discusiónâ€.
Al parecer las máquinas (que no necesariamente poseen inteligencia) van a usar nuestros cuerpo como fuente de energÃa. ¿Recuerdan The Matrix (1999)? ¿No se les hace familiar que el cuerpo humano funja como pila para las máquinas? Evidentemente todavÃa no existen máquinas con inteligencia que lo hagan, pero al final del dÃa, si usamos nuestro cuerpo para cargar nuestro celular, en un sentido estricto, el celular, o máquina, está usando nuestro cuerpo como medio para obtener energÃa. Ojalá y The Matrix no haya sido profética.
Con información de: UPSOCL