Últimamente esto se ha hecho más notorio, no sé si es la falta de identidad o la sociedad podrida en la que vivimos pero la admiración hacia personas (que a mi parecer) no lo merecen ha crecido al punto de querer ser lo que no podemos.
Kim Kardashian, Miley Cyrus, Justin Bieber por mencionar algunos son ídolos que a mucha gente inspiran y de los cuales están más enterados que de lo que pasa en su propia colonia. Los medios de comunicación fungen un papel escencial en este fenómeno, darle casi vital importancia a estos personajes y distraer la atención con cosas tan irrelevantes ha sido algo que claramente ha estado funcionando.
Qué estaba vistiendo Kim Kardashian en Los fashion week, de qué color tiño su cabello o cual es la actual novia de Justin Beiber son algunas de las cosas que más escucho de personas que ni siquiera están enteradas de cosas básicas que están sucediendo en el mundo o por lo menos en el país.
Es claro que vivimos en una generación vanal, llena de vacuidad y de doble moral, pero estamos seguras que algunas mentalidades con un poco de buena información pueden cambiar. Hagamos esto posible y démosle crédito a la famosa frase “honor a quien honor merece”