Se celebró un año más la marcha por el Orgullo Lesbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, etc, etc, etc en un ambiente festivo donde lo que predominaba era la tolerancia, el respeto y la fiesta. Entre batucadas, disco, ranchero y algo de reggaeton los manifestantes se expresaron por todo paseo de la Reforma hasta llegar al Zócalo con atuendo muy llamativos, exóticos, originales, algunos dejaban muy poco a la imaginación y otros tantos absolutamente nada.
Poco más de 80 mil asistentes “pintaron” las calles del D.F. con banderas arco iris, bailables, poca ropa y mucha carne. Los besos, los gritos, los vestidos largos predominaron para demostrar al mundo, a la ciudad, que no están solos, que son un chingo y que hoy más que nunca, no permanecerán más en el anonimato. Camiones alegóricos al puro estilo de carnaval alegaron el morbo de algunos y la presencia de otros.
Alrededor de las 2 de la tarde Paseo de la Reforma lucÃa “invadido” por aquellos que estaban dispuesto a demostrar y mostrar todo, sin censura, sin tapujos y tabúes, demostrando unidad gay en todo momento. Padres de familia completamente heterosexuales apoyaban incondicionalmente a sus hijos gays o lesbianas demostrando que independientemente de la preferencia sexual, el amor de un padre no se puede borrar con nada.
A pesar de la lluvia, el ánimo nunca mermó y los ojitos pispiretos lucieron impecables en todo momento. Algunos solteros seguro sacaron algo para esa noche y otras parejas tal vez experimentaron algo más allá de a dos.