Lo que nos ha dejado esta presentación de la Xbox One

Microsoft nos ha deleitado con una presentación de la Xbox One muy diferente a la que vimos hace meses por parte de Sony ya que hemos visto la consola, algunas de sus características técnicas y bastante de lo referido a usabilidad. Está claro que la idea de Microsoft es no se solo una consola de juegos sino centralizar todo el entretenimiento multimedia que consumimos en el televisor.

En esta presentación hemos podido ver algunas novedades importantes respecto a la Xbox 360. Primero de todo Kinect que pasa de ser una novedad opcional a tomar un papel vital en la interactuación con la Xbox One. Con el nuevo diseño se aumenta el campo de visión en un 60% y así lo podremos usar en habitaciones más pequeñas. Podremos navegar a través de los menús gracias al sistema de reconocimiento de movimiento y a los comandos de voz, con lo que para ver la televisión, cambiar canales y demás no hará falta coger el mando. Incluso podremos despertar la consola hablándole y diciéndole los comandos adecuados.

 

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De las especificaciones técnicas, lo esperado. Más potencia, más RAM y todo eso pero hay algunas características destacables. Por ejemplo es interesante ver como la potencia gráfica no aumenta por 2 o por 4 sino que es 8 veces mayor. El salto de calidad es brutal así que en un par de años podemos esperar juegos realmente asombrosos. Es destacable el hecho que el Xbox se despierte ella sola para actualizarse cuando no la usamos.

También es importante la integración con Azure, la plataforma en la nube de Microsoft que permitirá que el procesador se descargue y que algunos procesos se corran en la nube, algo que hasta el momento solo podían hacer los PCs. O la inclusión del modo Snap, con el que podremos poner en un lado de la pantalla una ventana con otro proceso. Es la manera de integrar más servicios en la interfaz y de hacer que sea usable para más miembros de la familia y no solo quien quiera jugar.

Pero hay algunos puntos grises. Parece que se tendrá que pagar por usar juegos prestados o de segunda mano. Es decir, que si alguien nos deja un juego tendremos que pagar un canon para que la Xbox One nos deje instalarlo (los juegos correrán directamente desde el disco duro) y si no pagamos no lo podremos jugar. Y ligado con esto y dado que los juegos solo corren desde el disco duro y no desde el Blu-ray, si se nos llena el disco, ¿tendremos que borrar juegos? Y por último la no compatibilidad con los juegos de la Xbox 360.

Son estos detalles los que empañan la presentación de una consola que en términos generales ha sido muy positiva. Habrá un acuerdo con EA Sports para sacar contenido de alguno de estos juegos de manera exclusiva en Xbox, tendremos el Call of Duty: Ghosts en primicia y no nos olvidamos de la integración con los sets de cable y la posibilidad de ver la NFL con estadísticas y contenido extra, algo que pinta muy bien pero que por desgracia está focalizado a Estados Unidos.

Así pues y a la espera de ver algo más de la PS4 hay que decir que el sistema de Microsoft parece más completo ya que parece que ejecuta la parte de juegos con mucha solvencia y también se centra en la multimedia, abriendo nuevas posibilidades gracias a a integración del nuevo Kinect.

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