En plena revolución mexicana, el nombre de La Bola tenía un referente simbólico bien establecido por aquellos que buscaban el cambio. “Me voy a La Bola” eran palabras que se escuchaban entre la población para integrarse al movimiento que finalmente cambiaría la historia del país. Dejando todo y aventurándose en la batalla, miles de personas comenzaron a identificar a La Bola como una forma de hacer ese cambio tan deseado. Finalmente La Bola se volvió la gran masa de gente capaz de desequilibrar el sistema.
Por otro lado, actualmente el término “La Bola†sigue siendo recurrido por muchas personas para dirigirse a esa masa uniforme de compañeros con los que se identifican plenamente, con aquellos que se comparte ciertas ideas o simplemente los amigos de borracheras. La Bola como representante de todos, donde se agrupan cientos de ideales, de destinos.
Bajo este concepto nace La Bola, una revista creada para la gente. Si anteriormente se tenÃa que pertenecer a un medio establecido para hacerse escuchar, el paradigma cambia para dar paso a miles de publicaciones digitales donde cualquiera se expresa sin tabúes, sin trabas. En otras palabras, todos somos parte de esa bola, todos somos La Bola pues pertenecemos necesariamente a un mundo, a un grupo, a una sociedad con la que nos identificamos plenamente. La Bola está en todos y todos hacemos que esa bola crezca.
La Bola es un medio que nace a partir del cansancio de leer siempre a los mismos, de tener una visión poco crÃtica por parte de muchos medios de comunicación. Nace gracias a aquellos que monopolizan la información y hacen del conocimiento un artÃculo de lujo. ¿Qué poder tienen los que critican? ¿bajo qué bases dicen que consumir y qué no? Si tenemos la plataforma, hagamos valer nuestro derecho de expresión publicando lo que queremos.
Bienvenidos a La Bola.