El poder de los imbéciles

Durante años nos hemos enfrentado a cientos o miles de programas en radio y televisión cuyos contenidos caen en lo patético, alimentados por conductores carentes de talento o preparación adecuada para generar opinión que realmente sirva al debate y que sin embargo se atreven a opinar sin ningún criterio, sin bases ni argumentos sólidos que permitan, precisamente, ampliar la discusión ciudadana sobre distintos temas de importancia nacional.

Esta semana uno de esos locutores volvió a abrir la boca para decir, una vez más, estupideces sin sentido, tan características de él.

Esteban Arce, personaje en cuyo currículum se encuentran programas como El Calabozo, no sólo manifestó esta semana su rechazo a la “legalización” de la marihuana, sino que usando el poder que los micrófonos le conceden, se dedicó a expandir su clásica diarrea verbal que tanto lo caracteriza, esta vez además por Twitter. Que esté en contra o a favor es su problema, incluso se agradecen las opiniones encontradas para la generación de debate, el problema radica en la forma tan nefasta, poco crítica, extremadamente moralista y con poco criterio sobre el tema, pero sobretodo en que al ser una figura pública con cierto poder en los medios (radio y TV), se vuelve, desgraciadamente, una persona un tanto influyente.

Viniendo de él no nos sorprende, es clara su poca capacidad analítica, su nulo criterio y poco ingenio y por supuesto su evidente falta de inteligencia para expresar una simple opinión cuando no está de acuerdo. Lo que nos sorprende es que siga teniendo ese poder que los medios le conceden, que siga teniendo programas en radio y televisión para seguir expresando puntos de vista nada críticos y sí completamente personales dejando de lado la supuesta imparcialidad que debería predominar en este tipo de programas.

Que personas como este sujeto ejerzan un poder importante en los medios espanta, aterra, pues no es sólo la opinión personal moralista la que cae en lo absurdo, sino que se le abran foros para hacerlo y que sobretodo no se dé oportunidad a la réplica. Esteban Arce está en su derecho de vomitar todas las opiniones que quiera, lo que no es posible es que se utilice un espacio de los mexicanos para hacerlo de la forma en la que lo hace. Puede permanecer en su absurda y eterna ignorancia, lo que no se debe permitir es el uso desmedido de los micrófonos para expandir su discurso carente de sentido y argumento y que incluso ha caído en odio. Para muestra las múltiples opiniones sobre diversos temas:

https://www.youtube.com/watch?v=ggzrJv4ht6M

Sí, nos seguimos enfrentando a medios cuya capacidad analítica es pobre; pero lo más preocupante es que se sigan abriendo espacios para este tipo de personas cuyos aportes son nulos, sin sentido y que contribuyen en nada al desarrollo social; estamos ante el poder de los imbéciles. 

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