Inauguramos esta “sección†(realmente no va a ser sección pero no sabÃamos cómo ponerle) “El idiota del pueblo” con un personaje que dio, está dando y seguramente dará mucho de qué hablar por la cantidad de pendejadas que en cada evento dice, ejemplo de superación y de cómo siempre se puede cagarla más. Por supuesto que estamos hablando de Enrique Peña Nieto, o sea el presidente, el representante de todos los mexicanos en el exterior, ese que no ha leÃdo un libro y que cada discurso que da in inglish nos hace reÃr mucho.
En menos de una semana el presidente ha cometido 3 errores que lo colocan en la cima de la estupidez nacional por encima de personajitos como Don Frijol alias Ernesto Cordero, el hombre X, al que se le conoce como Santiago Creel o el mismÃsimo Vicente Fox, a secas. Con estos referentes nos podemos dar cuenta del nivelazo que trae el presidente y que viene con todo.
El primer error lo dio cuando en un evento en palacio nacional (asÃ, en chiquitas) no supo que significaba el IFAI; en este caso podrÃamos justificarlo porque se une a más del 80% de mexicanos que no saben que significa ni que hace ese instituto pulcro y sagrado. Tal vez esa cifra haya disminuido a partir de la pifia del digno mandatario lo cual agradecerÃamos pues por fin la gente sabrÃa que puede tener acceso a información pública, aunque suene paradójico. Pero el punto a resaltar no es tanto que sepa o no sepa, eso lo sabemos, sino que siendo el mandatario encargado de las instituciones, no tenga puta idea de qué está mandando o qué está haciendo, en otras palabras, no sabe ni que hay en su casa. ¿Cómo dirigir un instituto cuando no se sabe ni qué significa, mucho menos qué hace o para que sirve?. El impecable presidente, al tratar de descifrar como código binario qué significaba IFAI sólo improvisó anunciando que era  “ el Instituto de Información y de Acceso… a la Opinión Pública de toda la Información Disponible para la CiudadanÃa desde el Gobierno, el IFAI”, asà o más claro, o sea, el IFAI sirve para el acceso disponible desde el gobierno para la ciudadanÃa de toda la información disponible desde el gobierno para la opinión pública, y asÃ. Aunque el chascarrillo trató de minimizarse, las benditas redes sociales se encargaron de hacerlo más que público; y a pesar de que el video se intentó borrar de youtube en más de una ocasión, los cibernautas están muy, pero muy por encima de esas autoridades censuradoras de la verdad.
La segunda fue en un evento en Ciudad Juárez (¿le habrán puesto asà por Benito Juárez?) cuando estaba inaugurando quien sabe qué. Con su retórica redundante, esa que marea pero no informa nada ni entretiene por lo menos, el culto gelboy confundió no se qué o con quien al Benemérito de las Américas al declarar que: “En esta plaza erigida en memoria del Benemérito Juárez, del Benemérito que fuera justamente quien, en 1969… justamente ayer se cumplieron 144 años de la erección del estado de Hidalgoâ€., como es clásico en él, su retórica chafa de hablar mucho, cantinflear, no decir nada, meter datos porque sà para hacerse como el que sabe y tener que parlotear para llenar la agenda, lo pusieron en una situación bastante incómoda, pues hablar por hablar, desconectando el cerebro de la lengua lo llevó a ser, una vez más, la burla de las redes sociales. Los medios, una vez más también, omitieron la estupidez presidencial. ¿Estarán comprados? No lo creo, siempre han sido imparciales.
El colmo de los colmos volvió a ocurrir cuando confundió a Don Beltrone, Manlio Fabio Beltrones con Emilio Gamboa. Volvamos a ser condescendientes, es difÃcil distinguir entre dos ratas, todas parecen iguales, pero entre ratas debe de ser más fácil saber de quién se está hablando. Tal vez la pifia no sea tan alarmante, el problema viene cuando se hace la misma semana que se han cometido otras dos garrafales, pues en tan pocos dÃas cometer tantas fallas a nivel nacional lo vuelve una calamidad andante. ¿se habrán sentido ofendidos ambos personajes o lo habrán tomado como un piropo? Sólo ellos saben sus bussines.
Desgraciadamente el reto viene fuerte para los que intentan ganarle al presidente y para el mismo Peña, quien seguramente lo volverá a hacer en unos dÃas, y no lo decimos con ánimos de que siga cometiendo errores de ese tipo, sino con la certeza de que le quedan muchos años en el puesto y muchos discursos todavÃa por dar.