Resulta que desde el viernes pasado un grupo de activistas-paristas-porros o como quiera llamarles tomó las instalaciones de RectorÃa en la UNAM para exigir el reingreso de los estudiantes expulsados del CCH Naucalpan, la suspensión de los 12 (ahora 8) puntos y el retiro de las denuncias penales que existen en su contra. Los jóvenes quienes portan capuchas para no ser identificados rompieron vidrios y sacaron mobiliario de las instalaciones para formar sus barricadas, todo con el argumento de que se resuelvan sus demandas sino seguirán ahà de manera indefinida.
Las razones pueden ser o no válidas, eso lo decidirá cada quien, el problema es que con estas acciones solamente vienen a ensuciar el nombre de la UNAM, a generar antipatÃa a sus causas y por supuesto a echarse a todo mundo encima, sobre todo a los medios. El problema es aun más grave cuando encontramos entre los activistas a Uriel Sandoval, estudiante (según él) de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México quien perdiera un ojo en los pasados disturbios del 1ro de diciembre, siendo portavoz, vocero y solidario con las causas que a él no le corresponden: ¿de qué privilegio goza para inmiscuirse en asuntos que corresponden estrictamente a la UNAM? Esto por supuesto pone en duda las razones de la toma y los argumentos de quienes se dicen voceros de toda una institución.
Entre las peticiones de los manifestantes están la reinstalación de estudiantes expulsados y que no se ejerza ninguna acción penal en su contra, aun cuando violentaron rectorÃa, rompieron vidrios, pintaron un monumento patrimonio de la humanidad y está en riesgo el pase automático de miles de estudiantes (ok, tal vez aquà exageramos, pero sà se retrasan los trámites administrativos). En otras palabras, quieren hacer desmadres pero que no los castiguen. Asà o más cÃnica la actitud. Si a esto le agregamos que CONDICIONAN la entrega hasta que sus demandas sean resueltas, nos encontramos con un severo caso de prepotencia universitaria.
Los izquierdistas que luchan por la educación laica y gratuita, son los que hoy privatizan la UNAM al no permitir el pago de sueldos a trabajadores y proveedores, al detener trámites y por supuesto al negar el acceso a un inmueble público (¿eso no es privatizar?). Esos que se dicen representantes de toda una institución no rebasan los 100. Esos que se dicen universitarios no han dado la cara y está más que claro que hay intereses particulares detrás de todo esto, sino ¿qué hace gente de la UACM metida en esto? Quienes piden diálogo son los primeros en callar voces cuando se contradice sus acciones, sino atrévase a “debatir†con ellos y verá que ni escuchan ni atienden, y todo lo que está en su contra está mal, asà de abiertos y democráticos son.
En fin, el idiota del pueblo se lo lleva con creces los activistas (hasta ahora no nos consta que sean de la UNAM) que tomaron por asalto la torre de RectorÃa por el simple hecho de hacer sus desmanes y no querer pagar los platos rotos; por exigir diálogo a partir de formas arbitrarias y por supuesto, por querer defender lo indefendible. Un buen argumento para sumar gente a su causa serÃa llegar con sus historiales académicos y demostrar que son regulares, que no deben materias, que van a salir en los 3 años que deben, pero no creo que asà sea la cosa.