El idiota del pueblo: La Profeco

Vamos a adelantar el idiota del pueblo de esta semana porque es justo y necesario. Para estas alturas muchos deben de saber que el pasado viernes, la hija del titular de la profeco mandó cerrar un restaurante porque simplemente no le dieron la mesa que quería a la hora que quería aun cuando no tenía reservación. La niña se enojó a tal grado que dos o tres horas después llegaron inspectores de la profeco para clausurar el restaurante alegando que no hay letreros de cómo se asignan mesas y que el mezcal que ahí venden no es de agave espadín (lo que eso signifique).

¿Neta necesitamos decir más? La prepotencia de esta niña demostró una vez más que las instituciones están al servicio de familiares y amigos y no a favor (en este caso) de la ciudadanía; que además se vuelve a demostrar la facilidad que tienen estos tipos para acceder a la “justicia” y vengarse de todo aquel que esté en su contra. Pero lo más grave aún, es que los hijos de funcionarios disponen de toda la maquinaria para hacer lo que ellos quieran. ¡Qué pinche prepotencia!

#LadyProfeco se volvió TT gracias a las (una vez más) benditas redes sociales, pues en cuanto llegaron los inspectores de la profeco, los comensales, en un claro ejemplo de empoderamiento ciudadano, sacaron celulares y comenzaron a tuitear lo que estaba pasando. Estos tipejos (los inútiles de la profeco, no los comensales), al verse acorralados, corrieron cual vil maricones a esconderse en sus camionetas y hasta que llegó la policía pudieron irse, no sin antes colocar los sellos de clausura al local. La noticia se volvió de interés general, lo que obligó a la niña profeco y su papi a pedir disculpas públicas por sus actos cobardes. Lo más digno sería que el titular renunciara, ofreciera una verdadera disculpa pública, que se investigue la averiguación previa (la cual por obvias razones no existe) y se despidiera a todos aquellos que incurrieron en estos actos descarados de corrupción.

Pero además de todo, la mínima disculpa del titular de la profeco es como un regalo de consolidación, pues cuando no le quedó de otra y ante la presión ciudadana, sólo se limitó a poner en su cuenta que “lamentaba el incidente”, con eso el señor cree que es suficiente. ¡NO! Y no es que pidamos sangre, sino simplemente que se castigue la prepotencia infantil de quien ostenta un poquito, sólo un poquito de poder (¿o a poco la profeco tienen tanta injerencia nacional?). Ahora sí resulta que la niña (alias Andrea Benitez) se subió a un ladrillo y se mareó creyéndose toda poderosa, cuando es una don nadie incapaz de brillar por ella misma. ¡Pobre imbécil!

Usando también el tuiter, la niña profeco escribió que “no se había respetado el oren” quejándose del servicio, motivo suficiente para su reacción de niña berrinchuda. Tratando de justificar lo que pasó, seguía tuiteando sus razones del porqué actúo como lo hizo. Hasta idiota es.

La idiota de la semana, o sea la niña profeco y su papi, deben de estar bien tranquilos pensando en el próximo restaurante al que irán. Seguramente los meseros y cocineros NO le harán nada a sus platillos, se los entregarán limpios y sanos, y por supuesto esperarán una digna propina por parte de este par de descarados.

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