El idiota del pueblo: Benedicto XVI

Sabemos que después de esto nos va a caer mucha caca, y si, lo aceptamos abiertamente, ni modo. Pero tenemos que decirlo como es, sin tapujos y a conciencia de lo que aquí se ha venido publicando. El idiota del pueblo de esta semana que concluye se lo lleva nada más y nada menos que Benedicto XVI, sí, el Papa, y no porque seamos ateos o agnósticos, sino simplemente por el hecho de que se retira, se jubila, renuncia o como quieran decirle. ¿Qué acaso no sabía que el puesto era vitalicio? Y no nos referimos a vitalicio como el que ostenta la lideresa del magisterio mexicano, esa que le dicen Chucky, sino vitalicio en el término más literal del mundo, o sea, hasta que se muera. Sabía, cuando era candidato, que no había vuelta atrás, que, como Juan Pablo II, hasta el día que dejara de respirar tendría que liderar a la iglesia católica. Ahora resulta que siempre no quiso y que ya no tiene fuerzas ni ganas.


Por supuesto que en estos momento ya habrá quien diga que está en su derecho y que como (casi) cualquier ser humano también se cansa; el problema no es si está en su derecho o no, si también se cansa y que las presiones deben de ser muchas, pero volvemos a lo mismo, sabía de antemano que no sería fácil la encomienda que le asignaban, que tendría la sombra de su predecesor y que la iglesia enfrenta una gran crisis, especialmente en cuanto a curas pederastas se refiere.

Desde hace ya algunos años las demandas en contra de curas que abusaron de niños se han venido dando en muchas partes del mundo, y México no es la excepción. Recordemos a Maciel y su séquito de púberes violados y amparados por la figura papal. Benedicto lo sabía y no quiso hacer nada. ¿Por qué no reunirse con las víctimas cuando vino? Algunos dirán que como sufrió un golpe en la cabeza y una caída en tierras mexicanas pues la agenda se tuvo que reprogramar, pero lo que es cierto es que fue falto de voluntad tanto para escuchar a las víctimas como para castigar a los acusados. Como este problema se podrían contar algunos más, sin embargo la renuncia de Benedicto sí viene a cimbrar a toda la iglesia católica y a la credibilidad que se tiene sobre ella.

En fin, el 28 de este mes el Papa renunciará a tan grande responsabilidad, los cardenales se reunirán para elegir al próximo y Benedicto pasará a la historia como el primero en más de 500 años en dejar vacante el puesto quesque porque ya está cansado. Ni modo.

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