El éxito de ‘Expediente Warren (The Conjuring)’, el particular homenaje de James Wan al cine de terror de los setenta, se convirtió en uno de los grandes taquillazos del terror del siglo XXI. Los creadores de aquella no han pasado la ocasión de estirar el éxito a través de la historia de Annabelle, una muñeca diabólica que aparecÃa de manera intermitente en el largometraje. Allà conocÃamos como aterrorizaba a unas jóvenes enfermeras. En el particular spin-off, titulado como el personaje, ahondamos más si cabe en los orÃgenes del personaje en una cinta que echa mano de todos los trucos del género y cuenta con realizador con John R. Leonetti, director de fotografÃa de la pelÃcula madre y responsable de cintas tan poco estimables como ‘El efecto mariposa 2′ o ‘Mortal Kombat: Annihilation’.
Ambientada en tiempos inmediatamente posteriores al asesinato de Sharon Tate, cuando las sectas satánicas tuvieron cierto predicamento en Estados Unidos, el filme sigue los pasos de un joven matrimonio que espera la llegada de su primer bebé. Una noche descubren que la hija de sus vecinos, miembro de un grupo que adora al diablo, y su novio han asesinado a sus padres y pretenden hacer lo mismo con ellos. No obstante, logran salvarse, aunque una de las muñecas que colecciona la joven esposa comienza a hacerles la vida imposible a ellos y a su pequeño.
Leonetti sigue en cierta manera el modelo de Wan, aunque lo haga con bastante menos talento que el responsable de ‘Insidous’. La cinta echa mano de todos los trucos más viejos del género, como la utilización de ciertas frecuencias de sonido para crear escalofrÃos, el uso de frecuentes contrapicados para crear inquietud o los golpes de efecto, que convierten al filme en un particular tren de la bruja. Por otra parte, la pelÃcula no se amilana a la hora de copiar algunos elementos de ‘La semilla del diablo’ a la hora de convertir un piso de una comunidad de vecinos en el principal escenario. Lástima que Leonetti nunca logre la sutilidad y la atmósfera malsana del filme de Roman Polanski.
Por otra parte, ni el guion ni los actores se caracterizan por su excelencia. El libreto encadena tópicos y los actores no funcionan de la misma manera que en ‘Expediente Warren (The Conjuring)’. Annabelle Wallis y Ward Horton, el matrimonio que sufre la maldición de la muñeca, demuestran ser demasiados inexpresivos y poco convincentes como los protagonistas. Solamente, Alfre Woodard logra elevar algo el nivel como la amiga y vecina de la pareja.
En definitiva, ‘Annabelle’ deja el descubierto su propósito de producto de usar y tirar que se aprovecha de la fama de su precedente. Puede funcionar como entretenimiento, aunque no cale demasiado en el espectador ni revolucione el género.
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