El creador de Padre de Familia (FAMILY GUY) y TED, trae su nueva cinta llamada ”A Million Ways To Die In The West”  que raramente en México la llamaron Pueblo Chico, Pistola Grande,  (Raro que cambien los nombres de las pelÃculas). En la cual el personaje principal es él mismo, el director y escritor Seth MacFarlane, y  producida por Scott Stuber.
Una historia que viaja en el tiempo hasta llegar al viejo oeste, en donde todo lo que pasa dÃa a dÃa y con una peculiar exageración es la muerte repentina de una, dos o tres  personas que están en ese pueblo y que se van sumando al sin fin de decesos que se viven ahÃ. Albert, el protagonista, sufre de un increÃble temor a todo lo que pasa, ya que si  alguien no te mata algo te mata o simplemente se acaban suicidando, durante todos los dÃas, cada hora, cada minino y sobre todo cada segundo. Los personajes son espontáneos y aunque los chistes llegan a ser de pastelazo causan una buen sabor de boca, el señor Seth no reparo en gastos al atascar la pelÃcula de comedia.
Albert, un granjero que es retado a un duelo de disparos al puro estilo western, se tiene que armar de valor para defender sus ideales, al final todo sale mal, pero… se acaba entrometiendo con una chica con la que vive una aventura muy similar pero esta vez se tendrá que enfrentar al más peligroso y violento forajido del viejo oeste, ahora si está obligado a que dejar sus joterias.
El guion está bien estructurado con la misma lÃnea de TED muy al estilo de Seth McFarlane. El lenguaje y algunas escenas son algo fuertes, como la violencia y la constante sangre fuera de lugar, por otra lado otras tantas están de sobra ya que no a todos les va a agradar el uso en que algunas cuestiones meramente biológicas son utilizadas en forma cómica, estas no resultan muy cómodas para todo público o están hechas para un público algo singular.
La duración de la pelÃcula crea un ambiente muy digerible y no se necesita ser todo un genio para poder notar que vale mucho la pena para un público juvenil y que la mayorÃa de las escenas usan situaciones reales y contemporáneas que están aplicadas a una historia de vaqueros a la moderna.