Dice el dicho “haz fama y échate a dormir”, y el gobierno mexicano ha creado una fama tan errática que para un grueso de la sociedad resulta poco creÃble las múltiples historias oficiales que se cuentan diariamente. Desde hace décadas la polÃtica se ha encargado de hacer creer a la sociedad una realidad alterna, utilizando los medios de comunicación para envilecer a un pueblo que en muchos casos, cree ciegamente en lo que le dicen.
Simplemente recordemos algunos casos que han marcado a la polÃtica nacional: Paulette y su muerte debajo del colchón; la “muerte” del Lazca y su fuga; los múltiples accidentes en los que han aparecido muertos personajes opositores al sistema; presentaciones de delincuentes que luego se comprueba no lo eran; montajes televisivos de supuestas capturas a grandes criminales; un sin fin de etcéteras invaden la credibilidad del gobierno, hechos que en vez de aclarar la situación, la vuelven aun más turbia, genera desconcierto pero sobre todo provoca poca credibilidad ante la sociedad.
La captura de JoaquÃn “El Chapo” Guzmán se suma a esta lista de sospechas por parte de la sociedad sobre el actuar de las autoridades. En un paÃs donde el sistema está tan corrompido, donde la justicia aparece para unos cuantos, es difÃcil creer las versiones oficiales y cuestionamos muchas de las cosas que nos presentan como válidas. Por supuesto hay que creer en la detención del narcotraficante más buscado del mundo, hay que creerla porque asà lo dice la fuente oficial; ¿pero esa versión oficial deberÃamos de creerla como nos la cuentan? Vivimos en una sociedad que cada dÃa se informa más rápido y a través de diferentes medios, cuestiona, duda. No es casualidad que surjan interrogantes sobre lo ocurrido el sábado, como tampoco es casualidad que la gente no crea del todo las versiones oficiales, viniendo de gobiernos que han generado más polémica que claridad.
Por lo tanto debemos agradecer que se haya detenido al número uno a nivel mundial. Pero debemos agradecerlo porque asà lo dice la fuente oficial. Nos consta porque ya vimos las fotos, pero seguimos dudando sobre lo que el mismo gobierno señala como válido. Celebremos, pero dudemos sobre el hecho. ¿quien nos asegura que todos los detenidos son peligrosos narcotraficantes y no un incauto que se “parecÃa”? Asà de grande es la credibilidad del estado.