Muchos sabÃamos que cuando el PRI regresara al poder las cosas no iban a mejorar, que en algunos temas incluso nos iba a ir peor, que las negociaciones en lo oscurito iban a estar rete buenas y que con el Pacto Por México el gobierno tendrÃa cancha abierta para hacer y deshacer a su antojo. Sin embargo nunca pensamos que el siempre democrático, de izquierda, limpio, transparente, digno PRD fuera a bajarse tanto los pantalones como para hacer lo que está haciendo.
SÃ, las Prostitutas el Partido de la Revolución Democrática (la “P†les queda perfecto) se vendió muy barato, rete barato, en oferta, con descuento y a meses sin intereses y dejó de lado la poca, muy poca, dignidad que todavÃa tenÃan cuando se aliaron con sus enemigos naturales, el PRI, para aprobar la reforma hacendaria y joder al paÃs como sólo ellos saben. Resulta que al pactar con el PRI aprobaron descaradamente incrementar impuestos, generalizar el IVA al 16%, aumentar del 5 al 8% el impuesto a comida chatarra, seguir avalando gasolinazos, permitir un ISR mayor al 32%, impuesto a comida en mascotas, condonación fiscal a las grandes empresas, entre otras porquerÃas. El PRD se volvió el partido que le hace el mandado y los trabajos sucios al gobierno, se prestó para que Peña Nieto tuviera la mesa servida y dispuesta para atascarse con todo, para llenarse las manos, se volvió más servil que el PAN y sólo está demostrando que esa imagen pútrida que tenÃan de izquierda está más viciada que nada. El PRD pasó de ser un partido de media oposición a la puta favorita del gobierno, más grande que el Partido Verde, pues ofrece más, o sea, está más buena y es más barata.
Hasta cierto punto es lógica su actitud, pues teniendo entre sus filas a personajes emblemáticos como Bejarano, Dolores Padierna, los Chuchos, Joel Ortega, Barrales, Aureoles, y por supuesto a Mancera, era obvio que iban a actuar en contubernio con el PRI pues están más cercanos a esa polÃtica rapaz que a la izquierda que tanto se requiere. Que se vuelvan la casa chica del Revolucionario Institucional es su problema, pero que sigan diciendo que defienden los intereses del pueblo, que están con el pueblo, que son de izquierda, que son rete buena onda, que gobiernan para la gente, es tener muy poca madre. Si quieren dar las nalgas por unos cuantos pesos es su pedo, pero seguir manejando una imagen de señoras de la caridad los vuelve además de hipócritas, prostitutas indeseables.
Si desde el sexenio pasado ya se veÃa que les gustaba que les dieran nalgadas y los trataran mal, este sexenio decidieron que venÃan con todo para ser las favoritas. Estas pirujitas decidieron aprobar sin más la reforma hacendaria, se dejaron seducir por el gigante en el gobierno, dejaron que los manosearan por un precio muy bajo  (pues además están bien pinches feos), olvidaron que tenÃan dignidad y optaron por bailar en el tubo de la vergüenza; el PRD dejó de ser partido para convertirse en prostÃbulo donde casi cualquiera entra, desde empresarios hasta diputados, un lugar acogedor donde se puede platicar con un trago en una mano y una mujer en las piernas. SÃ, el PRD se quitó el saco y corbata para ponerse liguero y tacones altos, para usar labial barato y besarle el culo al mejor postor, y el mejor postor es el PRI y Peña Nieto, a quien ya le deben no una cogida, sino toda una orgÃa.
El ganón en todos los sentidos será Peña Nieto, pues antes de que acabe el año seguro saldrá con todas las reformas aprobadas, tiene una casa de citas con muchas prostitutas listas para hacer lo que mande a un precio ridÃculo, una “oposición†que a lo único que se opone es a tener respeto y dignidad. La esquina que el PRD ha escogido para trabajar será un lugar emblemático donde tendremos que pasar, aunque sea una sola vez, para checar el “material†disponible y saber sà vale la pena gastar unos pesos por un poco de placer. El gobierno ya las probó, ya caló la calidad y le gustó.
En fin, el idiota del pueblo (que ya ni la palabra idiota encaja en este tema) es por obvias razones el Prostitutas (neta se me olvida, perdón) Partido de la Revolución Democrática quien decidió venderse cual mujer (u hombre) de la vida galante al mejor postor disponible, abrió un huequito en la agenda para atender algunos negocios con clientes frecuentes y dejar en el suelo de la habitación sus calzones de dignidad, manchados de vergüenza pública. Las prostitutas (sorry, es la costumbre) el Partido de la Revolución Democrática ha decidido cambiar de giro y ahora su negocio es el placer. Bienvenidos.