Aunque el reconocimiento para el portugués Cristiano Ronaldo era esperado y merecido, el Balón de Oro entregado este lunes en Zurich no aquieta los señalamientos de quienes cuestionan los métodos y criterios de selección.
Ronaldo, de la selección de Portugal y del Real Madrid, ganó el Balón de Oro masculino y superó a Lionel Messi, de Argentina y Barcelona, y Frank Ribéry, de Francia y Bayern Munich.
La distinción al futbolista portugués era un secreto a voces entre los allegados a la organización rectora del fútbol internacional y también de la revista francesa France Football, cuyos corresponsales participan en la votación, junto a seleccionadores y capitanes de equipos nacionales.
Pelé, tres veces campeón del mundo con Brasil, recibió un Balón de Oro HonorÃfico, por su trayectoria ejemplar dentro y fuera de los campos de juego. Él fue encargado de dar a conocer al ganador de la distinción masculina, quien agradeció con lágrimas en los ojos.
El premio al futbolista portugués fue merecido, pero las espectaculares cifras que acompañan a estas lÃneas (ver recuadro al final de la nota) permiten afirmar que cualquiera de los candidatos merecÃa el Balón de Oro: habrÃa bastado un ligero cambio de perspectiva para que cambiara el nombre del triunfador.
Tipos de excelencia
Esto sugiere que los tres candidatos también tendrÃan o creerÃan tener el mismo derecho a sentirse agraviados por una decisión desfavorable: Ronaldo porque marcó más goles y cerró el año con una impresionante demostración en el Suecia-Portugal de la repesca para el mundial; Ribéry porque ganó tres tÃtulos con el Bayern Munich; y Messi porque se mantuvo en la cúspide a pesar de las lesiones que lo disminuyeron o alejaron durante dos meses.
Tenemos aquà tres tipos diferentes de excelencia: el futbolista de mejor rendimiento general, el que ganó más tÃtulos y el que, según sus partidarios, seguirÃa siendo el “mejor†incluso en la adversidad.
Esta distinción es importante porque puede revelar interesantes contradicciones, como las de numerosos periodistas españoles que en 2010 consideraban que Iniesta o Xavi, campeones del mundo, merecÃan el honor más que Messi, pero que este año no defendieron el derecho equivalente de Ribéry, ganador de todos los torneos de clubes en los que participó su club, el Bayern de Munich.
Los partidarios de Ribéry, tanto en Francia como en Alemania, denunciaron previamente una “conspiración†para negarle la distinción: señalaban, en particular, la decisión de la FIFA de extender el plazo para la recepción de votos, dando tiempo para considerar la repesca del mundial, en la que Cristiano Ronaldo descolló como nunca lo habÃa hecho antes en partidos para su equipo nacional.
Algunos comentaristas dijeron que la buena impresión que el portugués dio en la repesca debió equilibrarse con su rendimiento menos lucido en la eliminatoria previa, pero en todo caso lo mismo podrÃa decirse de Ribéry, ya que su Francia también se clasificó en el repechaje, ante Ucrania.
Las reglas del Balón de Oro y la composición ecléctica del jurado, con periodistas especializados de France Football y los capitanes y seleccionadores de los equipos nacionales, no garantizaban que se elegirÃa necesariamente al “mejor†del año, sino a quien presentara una imagen más persuasiva.
En este sentido son atendibles las crÃticas que señalan a esta elección como “un concurso de bellezaâ€, sin un análisis realmente profesional de los méritos de los futbolistas seleccionados.
Favorito
En el caso de Cristiano Ronaldo, que era nuestro favorito esta vez, la imagen fue de un atleta formidable, de notable rendimiento durante el año, complementada con la insistente denuncia de una supuesta campaña de “injusticias†perpetradas por la FIFA durante los años anteriores.
El propósito de esta operación de relaciones públicas habrÃa sido crear la impresión, bastante extendida, de que la FIFA le debÃa una reparación; a esto contribuyó la torpeza del presidente Sepp Blatter cuando se refirió a CR en términos humorÃsticos ofensivos durante una reunión con estudiantes de Oxford.
Esta situación, inédita en los anales del Balón de Oro, fue posible debido a la pérdida paulatina de foco por parte de los votantes, asà como de prestigio por parte de la propia FIFA, cuyo comportamiento ha facilitado las denuncias y suspicacias sobre presunta corrupción.
Anteriormente, los periodistas de France Football se limitaban a juzgar a los futbolistas durante determinado lapso: ahora, con los capitanes y seleccionadores nacionales, el proceso se ha convertido en un gigantesco operativo mediático, con campañas orquestadas por clubes poderosos, superagentes y las empresas de artÃculos deportivos que tienen contratados a los candidatos.
Cristiano Ronaldo es hombre de Nike, mientras que Messi y Ribéry son de Adidas, que a su vez tiene los derechos para la utilización y aprovechamiento de la ceremonia del Balón de Oro.
Ambas empresas invierten centenares de millones todos los años en promoción, y muchos de ellos giran alrededor de las carreras de estos futbolistas, a veces con curiosas contradicciones; Messi, por ejemplo, lleva equipación de Nike en los partidos del Barça y de Adidas en los de Argentina: esa fue una de las razones por las que hizo su extensa recuperación en su paÃs en vez de Barcelona.
Sea como fuere, más allá de la transparencia (o falta de ella) de los procedimientos, el resultado es justo y reconoce los méritos de un futbolista excepcional .
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